El 3 de Junio de 2015 las mujeres argentinas marcharon al grito de “NI UNA MENOS, VIVAS NOS QUEREMOS”, a la vez que la consigna “paren de matarnos” se repetía en todos los carteles y era entonado a modo de cántico.

Esta memorable marcha se replicó a lo largo y ancho del país, extendiéndose luego a países latinoamericanos y del mundo entero.

Surgía de este modo un inmenso colectivo de mujeres en nuestro país que iría construyendo una agenda de trabajo para dar visibilidad a sus demandas históricas, logrando transformarlas en medidas concretas para que podamos acceder a más derechos, ubicándonos en un lugar diferente al que la cultura patriarcal nos había colocado.

Fue así que, luego de un largo camino de luchas, se crearon fiscalías de género, oficinas de atención a las mujeres víctimas de violencia como así también   se estatizó la línea 144 de auxilio a las víctimas de violencias por razones de  género.

Se legislaron las licencias por razones de violencia de género, la capacitación obligatoria en perspectiva de género para todos los espacios laborales, la ley de paridad de género, la ley  de reparación económica para hijos e hijas de víctimas de femicidios, entre otras cuestiones.

Creemos en la necesidad de un estado presente que siga implementando políticas públicas con perspectiva de género.  Celebramos la creación de los ministerios de la mujer y diversidades sexuales, en el ámbito del gobierno nacional y provincial como reflejo de la decisión política de acompañarnos en nuestras singularidades.

Hoy en día nos volvemos a juntar cada vez que una mujer es asesinada, acompañando su camino de búsqueda de la verdad y justicia para sus familiares, sin dejar de destacar que cuando se mata a una mujer, suelen quedar niños y niñas en situaciones de orfandad. No dejamos de repudiar cada hecho que deja a una mujer en condición inequitativa frente a los varones, o cada vez que sentimos que las compañeras son víctimas de violencia en cualquiera de sus formas.

Las mujeres que integramos el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores judiciales estamos y estaremos siempre presentes a la hora de aportar a una sociedad sin violencias contra la mujer. Es por eso que rememoramos aquella primera marcha del 3J, en la idea de no volver a naturalizar ninguna conducta que deje a una compañera en un lugar de violencia. En esta oportunidad, acompañamos  especialmente a los familiares de Natalia Acosta, desaparecida en 2009, cuya hermana es una trabajadora judicial más que se suma  a la hora de llevar a cabo cualquier actividad en pro de los derechos de las mujeres. 

Nuevamente nos tomamos de las manos y clamamos por Ni una menos, vivas nos queremos!!!!… que nadie olvide este lema ni intente apagar nuestras fuerzas…