Los femicidios no se detienen y las situaciones de violencia extrema que padecen mujeres son parte de un alarmante problema: 1 femicidio cada 33 horas, cifras del reciente informe elaborado por Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá). Una radiografía lamentable.

En el documento se asegura que de los 1.956 femicidios registrados entre enero de 2015 y mayo de 2022, Santa Fe es con 183 casos la segunda provincia después de Buenos Aires (683 registros) con más femicidios. Y carga también con un alto índice de muertes vinculadas a las economías delictivas como el narcotráfico.

La mayoría de las víctimas son jóvenes. Las edades del 51% de ellas van de los 19 a los 40 años. Y hay un dato que se resalta en torno a la infancia, para escozor: «El 46% de los femicidios fueron vinculados y niños y niñas fueron asesinados para causar dolor y culpa irreparable a sus madres o por encontrarse en la línea de fuego de los femicidas». Un dato que se viene reflejando en las páginas de policiales y que triplica el promedio general de femicidios vinculados a los grupos etarios desde 2015 a este año.

Hoy volvemos a trasladarnos a las calles en una nueva marcha del movimiento «Ni una menos», porque hay 25 llamadas por hora al teléfono de asistencia a víctimas 144, que revelan un panorama alarmante.

Al mismo tiempo ponen en superficie el presente: las mujeres que logran quebrar el miedo y pedir ayuda.

A siete años del primer Ni Una Menos, desde el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores Judiciales de Santa Fe estamos construyendo un mundo sin desigualdades de género, que es condición necesaria para terminar con las violencias machistas, así como hacer respetar las leyes vigentes (Ley Brisa, Micaela, ESI y plena vigencia de la Ley 26784), es defender nuestros derechos conquistados y cuestionar nuestras prácticas patriarcales.

Todos y todas formamos parte y somos responsables de la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y libre de violencias, que son las luchas de nuestro Sindicato.