El 11 de febrero de 1977 se dictó el decreto 385/77 que daba de baja todas las afiliaciones a todos los sindicatos de la República Argentina.

Con la idea de terminar con las cuotas solidarias, y para lograrlo fueron directamente por la caducidad de las afiliaciones llevando los padrones a cero.

El Decreto con la firma de Videla, Liendo y Gomez ponía una fecha límite de sólo 40 días para que todos los y las trabajadoras ratificaran su pertenencia al movimiento obrero, teniendo que poner la cara y exponerse frente a la patronal y al gobierno militar en su decisión explicita de seguir afiliado.

No eran momentos fáciles, para desnudar las convicciones frente a la empresa, con organizaciones intervenidas o disueltas, con compañeras y compañeros detenidos, asesinados, desaparecidos o exilados: un Estado genocida.

Y fue allí, como en las grandes gestas de la historia, miles y miles de trabajadores le dieron una fenomenal bofetada ratificando su masiva pertenencia al movimiento obrero argentino.

Un día como hoy la última dictadura militar argentina quiso dejarnos SIN AFILIADOS A LOS SINDICATOS, PERO NO PUDO.